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lunes, 12 de julio de 2010

El cine y video documental en el México actual


Claudia Lora Krstulovic

Hace poco escuché decir que México era el país donde más documentales se hacían en América Latina, dato que me hizo reflexionar sobre el tema.

He buscado estadísticas en internet que me proporcionen listas de los lugares en donde se realizan mas documentales a nivel mundial, sin embargo, las únicas que he encontrado, son referentes al cine en general. El Instituto de Estadística de la UNESCO afirmaba, en el 2008, que los tres primeros lugares los ocupaban la India, Nigeria y Estados Unidos respectivamente, información que me impresionó tremendamente: ¿Porqué los países “menos desarrollados” realizan más cine que los desarrollados?[1]

Ya que ambos datos me causaron tanta sorpresa, quisiera, basandome en esta información, situarme en México, lugar en el que el género documental ha ido cobrando auge[2], y expresar algunas ideas sobre el porqué de la expansión del género documental en los últimos años.

En primera instancia, creo necesario hablar del contexto histórico-social que vivimos en este momento, sobre todo en el área de los medios de comunicación. En México es notable cómo algunos de éstos se han establecido como oligopolio, dominando, no solamente en la República Mexicana, sino que ha ido extendiéndose por América latina. El país entero se encuentra bajo el influjo de Televisa y TV Azteca, medios que poseen el poder de las redes de comunicación y que obviamente están afiliados al gran poder económico mundial.

Se supone que con el desarrollo de la tecnología, la comunicación debería ampliarse e intensificarse hasta llegar a los lugares más recónditos. Esto sucede, el problema es que la información es selectiva, siempre en pro de lo que las empresas y el gobierno en turno necesitan.

Así, los mexicanos crecemos con la educación que dichos canales inculcan, generalmente llena de manipulaciones y engaños que invitan a la pasividad mental de los televidentes y moldean la personalidad, incidiendo en las preferencias políticas y culturales de los mexicanos.

Me parece que esta insuficiencia y trastorno de información es el primer síntoma del porqué el género documental se ha expandido tanto en México. Las ganas de desmentir, de mostrar realidades nunca tocadas por estos medios o de querer dar un tratamiento distinto a ciertos temas de importancia social, han sido las respuestas de muchas de las personas que nos hemos interesado en el documental.

Este hecho, aunado al acceso a las nuevas tecnologías, ha permitido que no sólo cineastas o comunicólogos puedan acercarse y experimentar con el lenguaje audiovisual, sino casi cualquier persona a quien le interese. Digamos que el video se ha convertido en un instrumento democratizador en esta sociedad excluyente.

Las cámaras de video, de alguna forma satisfacen la profunda necesidad de expresión y convierten al género documental en una herramienta de comunicación y denuncia social, pues éste tiene la cualidad, por su intenso acercamiento y relación con la realidad, de poder penetrar de forma reflexiva a las problemáticas contemporáneas.

Este acercamiento se ha hecho de varias formas. Una de estas ha sido el documental de denuncia que surge como herramienta concientizadora que intenta desmentir o contrarrestar la información “oficial”. Algunos de estos proyectos se autodenominan contrainformativos, como el Canal 6 de Julio; su director, Carlos Mendoza señala que “es mostrar información contraria a la que uniforma, sobre todo, a la televisión de México” (2006:48)

Otro ejemplo notable ha sido el de las mujeres documentalistas. En un país en el que, según esadísticas del INEGI, el 35% de las mujeres ha sufrido de violencia con la pareja y más del 60% de violencia familiar, además, según el Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio, en 2008 se calcularon más de mil homicidios dolosos contra las mujeres en 31 entidades de la República en año y medio, no es de extrañar que las mujeres levanten la voz.

Lucía Gajá, documentalista que ha obtenido valiosos reconocimientos, habla de este género como “una vía, una herramienta informativa más inmediata que funciona a veces como un arma que detona sobre cosas que nos parecen importantes… es una cuestión de denuncia..” (2008:21). Alejandra Sánchez, quien realiza Bajo Juárez, es otro ejemplo claro de los documentales de denuncia que se han venido realizando en el país por parte de las mujeres. Bajo Juárez es una película que habla sobre las centenas de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez; al respecto la directora opina:

“..mi intención al hacer esta película, pues era dar claridad a un fenómeno en donde toda la población se pregunta y se sigue preguntando qué es lo que está pasando.. y entonces todo el mundo dice, porque así se ha encargado el estado, como la mayoría de los medios de comunicación, dicen, dan hipótesis que no corresponden en general a la realidad y el fenómeno no para.”(2010)


En un país en donde las imágenes bombardean con desinformación, violencia y mentiras, el documental de denuncia, se ha convertido en una herramienta de concientización y, por ende, de tranformación social. Estos documentalistas se definen principalmente por su postura firme ante los temas que afectan negativa y profundamente a la sociedad.

Otro tipo de documentales son los que se acercan a la realidad con otra intención, ya no tanto la de denunciar, sino mostrar aspectos, lugares o personajes diversos que no son conocidos y que generalmente sufren de marginación y exclusión social.
Por ejemplo, La canción del Pulque, documental realizado por Everardo González, muestra un espacio casi en extinción de la Ciudad de México: las pulquerías. A través del acercamiento con algunos personajes, el director nos muestra a hombres que representan una parte de la población mexicana hablandonos de sus historias, sus problemas, sueños, nostalgias y, claro, su relación con este espacio, que es parte fundamental de su vida, y que no desaparece porque ellos están allí, resistiendo y sobreviviendo a los embates del neoliberalismo.
Otro buen ejemplo es En el Hoyo, de Juan Carlos Rulfo, documental que también da cuenta de la vida de esta clase obrera, que construyó el monumental segundo piso del periférico. En el Hoyo nos hace partícipes de las anécdotas, sentimientos e ilusiones de la gente que construye las ciudades modernas y que nunca son vistos, que están en el anonimato y pasan desapercibidos por la mayoría de la gente que se beneficia de su trabajo. En palabras de Rulfo, este tipo de documental busca “El discurso de la gente, la manera de hablar, de contar, el tiempo que hay en las cosas y en la gente, en las historias, y el valor emotivo de aquello que tiene que ver con uno y que puede ser al mismo tiempo universal (2008:3).

Ambos tipos de documental, el que pretende reflejar aspectos de la sociedad y el que denuncia sus injusticias, se caracterizan por su fuerte sentido social y en todos los casos por poner la atención en las realidades marginadas. La mirada documental en este sentido es amplia y al contrario de la homogenización de la imagen que impone el modelo capitalista, multiplica las posibilidades de su reproducción.

El documental mexicano de hoy intenta recuperar memorias, personajes, lugares, culturas, luchas, tradiciones, indaga en las relaciones humanas y los procesos sociales. Hay una necesidad de los documentalistas de involucrarse con estas historias, de vivir la realidad que se quiere y de mostrar, reivindicar y/o educar a través de este lenguaje audiovisual.

A pesar de todas las trabas que existen para la distribución y exhibición de los documentales y la incapacidad para reconocer este género, el documental se ha ido abriendo camino y va cada día cobrando más fuerza y lentamente va incidiendo en los procesos de cambio social y cultural de México.

Bibliografía

- Juan Carlos Rulfo “Hacer documental es entablar una gran conversación” Una entrevista En el hoyo. Erick Sañudo, Revista Estudios cinematográficos. Año 14, número 32. Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. México, 2008, Pp. 3-6

- El documental, nuevo cine de ficción: Entrevista con Everardo González. Roberto Fiesco, Revista Estudios cinematográficos. Año 14, número 32. Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. México, 2008, Pp. 7-19

- Conmover desde el documental y trabajar por su exhibición. Una conversación con Maricarmen Lara y Lucía Gajá. Armando Casas, Revista Estudios cinematográficos. Año 14, número 32. Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. México, 2008, Pp 20-34

- Mendoza Carlos. Canal 6 de julio: documental y contrainformación. Cuaderno de Estudios Cinematográficos número 8. CUEC, México Pp 39-57.

- Entrevista a Alejandra Sánchez. Ivett Romo Verdín. Abril, 2010. http://www.queondas.org/index.php?option=com_content&view=article&id=93:alejandra-sanchez-bajo-juarez&catid=34:gente&Itemid=44


[1] La encuesta considera el formato video como medio para hacer cine

[2] Basta mencionar los festivales Contra el Silencio, DOCSDF y Ambulante, en el cual anualmente se inscriben decenas de documentales mexicanos.